Por Marcela Milone.- Existe un documento llamado “El orden que se ha de tener en descubrir y poblar” que Felipe II estableció en 1573 dónde se intentaba “ordenar” y “pacificar” la nueva población de las Indias.

En el escrito Felipe II decía: “Los descubrimientos no se den con títulos y nombres de conquistas pues habiéndose de hacer con tanta paz y caridad como deseamos no queremos que el nombre dé ocasión ni color para que se pueda hacer fuerza ni agravio a los indios”.

En el ítem 93 de los 148  se lee: “Declaramos  que se entienda por vecino el hijo o hija o hijos del nuevo poblador o sus parientes dentro o fuera del cuarto grado teniendo sus casas y familias distintas y apartadas y siendo casados y teniendo cada uno casa de por sí”.

El poder absolutista español no perdió la razón a pesar del éxito que le provocaba la llegada de toneladas de oro y plata de las tierras americanas usurpadas.

Tenían todo bien pensado, querían que las mujeres españolas se instalaran  y asegurasen  el dominio sobre éstas tierras. Ocupación territorial y sedes de las autoridades nuevas.

Hace 24 horas, un presidente “nuevo” con otros gustos,  formas y maneras  está diagramando y confeccionando nuevas normas  que designan a los ministros y secretarios principales del Gobierno;  se reforma la Ley de Ministerios y firma los primeros 29 decretos de su gestión.

La tentación de poder elegir, suprimir, inventar, justificar y crear las nuevas disposiciones para un nuevo comienzo.